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Dicen que la constancia y la humildad son el secreto de la sabiduría. A Chico Ocaña habría entonces que llamarlo sabio, pues sin duda su trabajo artístico rebosa de esas dos características. Compositor de melodías de una difícil sencillez, creador de letras cargadas de ironía, lirismo y humanidad, el inconfundible estilo musical de Chico Ocaña aúna palos flamencos y ritmos del mundo, vanguardismo y singularidad, lenguajes contemporáneos, lucidez crítica y una contagiosa alegría de vivir. Tras su etapa como líder y fundador de Mártires del Compás, Chico Ocaña continuó en solitario su andadura musical con la edición en 2010 del disco Canciones de mesa camilla. No fue fácil superar la disolución de un grupo que ha sido pionero en la música popular de nuestro país, con el que Chico dio centenares de conciertos en todos los continentes y que fue objeto tanto de críticas elogiosas (aquellos que entendieron la magnitud del proyecto) como suspicaces (los guardianes de la ortodoxia flamenca). Como sucede con los artistas visionarios, Chico Ocaña ha encontrado algunas dificultades en ser reconocido y valorado. Afortunadamente, el tiempo pone las cosas su lugar. Sus trece espléndidas Canciones de mesa camilla han conocido un éxito notable, se han paseado por toda la geografía nacional y en lugares como México y Dublín. Chico Ocaña se encuentra ahora en proceso de grabación de lo que será su siguiente trabajo discográfico. Llevará por título De piedra, y en breve estará en la calle. Una oportunidad para disfrutar de otro conjunto inolvidable de hermosas canciones que observan la situación social con mirada tan ácida como poética, que se sumergen de forma muy singular en la intimidad del artista y que homenajean entrañablemente a los seres queridos que ya no están.